La integración Latinoamericana

03.02.2025

¡LA TERCERA ES LA VENCIDA!

Al Ecuador la integración latinoamericana le ha sido esquiva en 2 ocasiones. La primera circunstancial y la segunda de manera deliberada.

La primera fue de la mano del libertador Simón Bolívar. Con la desintegración de la Gran Colombia, quizás el Ecuador fue el país más perjudicado. Primero porque no pudo conservar los derechos sucesorios ancestrales de sus territorios frente al Perú derivados del tratado de paz y amistad Larrea -Gual, más conocido como Tratado de Guayaquil, sin embargo, le tocó pagar su parte de la deuda inglesa producto de la independencia. Tan fuerte era la inseguridad de la nueva república que, en la Constitución de 1830 a pesar de la ruptura de los países fundadores de la Gran Colombia, el Ecuador se seguía considerando parte de Colombia. Así nacía esta pseudo república, sin límites territoriales definidos, endeudada y con un venezolano como su primer presidente.

Luego de muchos años y de muchos intentos fallidos se pudo concretar la integración de todos los países de América del Sur con la UNASUR. Este organismo superaba el sueño de Bolívar porque integraba, no sólo a los países que conformaban la gran Colombia, sino a todos los países del sur y como una especie de reparación histórica se elegia al Ecuador para que sea la sede del organismo regional. El 5 de diciembre del 2014, en plenas fiestas de Quito se recuperaba el sueño de Bolívar en una de las edificaciones más hermosa de Latinoamérica, construida en la mitad del mundo casi o más hermosa que el mismo sueño integracionista.

Lastimosamente el Ecuador de manera deliberada renunció a ser parte del organismo. Venezuela aún* tiene la sede de SELA en Caracas, Uruguay tiene la sede de ALADI en Montevideo y nosotros nos dimos el lujo de renunciar y quedarnos sin nada. No hay que olvidar el enorme peso que tiene el sur si se uniera. En territorio, recursos naturales, comercio, inclusive hasta llegamos a considerar la posibilidad de soñar con un banco de los países del sur. Ya lo ha hecho EUROPA, ASIA y AFRICA y lo han hecho porque la unión es la única manera de sobrevivir en un mundo de bloques.

El argumento estrella para abandonar UNASUR fue que el organismo estaba politizado. Es como si usted heredará una hermosa casa rosada y la demoliera porque que no le gustó el color. Si el gran cuestionamiento era que estaba politizada solo tenían que despolitizarla.

Pero como si fuera una frivolidad, para algunos hoy en día resulta que la integración latinoamericana era del socialismo de siglo XXI entregando el edificio para que funcione una universidad, sin embargo los problemas de la educación no se resuelven con un edificio y el sueño de Bolívar no se va a detener porque le quiten una sede, porque la integración no es ideología, no es socialismo, ni un sentimiento de odio, es un sentimiento noble y progresista que nos desborda y es la mejor arma del sur para afrontar los grandes problemas globales.

Estuvimos tan cerquita de consolidar la unión de las naciones del sur, pero fallamos. Con esta dura experiencia el tercer intento debe ser perfecto y definitivo.

Wellington Rubio

El sueño que un día vivimos los ecuatorianos

Este es el hermoso edificio de la sede de UNASUR en la mitad del mundo en el Ecuador. Quizás uno de los edificios más hermosos del país que abrigaba  el sueño del libertador Bolívar y unía a toda américa del sur en un solo organismo superando a la CAN y al MERCOSUR.   

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